La Unión de Ferrocarriles de Cuba comenzó a probar la conexión Wi-Fi en el tren que cubre la ruta entre La Habana y Guantánamo, una promesa hecha por el régimen en 2023 y que llega con dos años de retraso. Según el diario oficial Granma, el servicio está disponible únicamente en el vagón 6407, donde se instaló el equipamiento tecnológico.
La primera conexión se realizó la noche del 7 de agosto, con la participación de especialistas de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) y la Empresa Ferroviaria de Tecnologías de la Comunicación, Señalización, Informática y Electricidad (COSIE). Las pruebas, según la prensa estatal, “validaron con éxito” la estructura y la calidad del servicio.
El objetivo oficial es regular las emisiones de estaciones radioeléctricas y mejorar la conectividad de los pasajeros. Sin embargo, en un país donde Etecsa restringe desde mayo el consumo de datos en recargas nacionales en pesos cubanos, navegar en este tren será costoso, ya que se privilegian las recargas en dólares desde el exterior.
La medida se suma a un sistema ferroviario caracterizado por su falta de puntualidad, averías frecuentes y trenes deteriorados. Aunque el precio de los boletos es bajo, los trayectos pueden superar las 14 horas, lo que hace que una conexión estable sea atractiva para los viajeros.
Pese a ello, la posibilidad de tener internet satelital durante todo el recorrido choca con las restricciones impuestas por el gobierno comunista, que prohíbe el uso libre de esta tecnología, limitando su alcance y dejando en duda si el servicio podrá expandirse más allá de las pruebas iniciales.
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